jueves, 11 de febrero de 2010

Toma consciencia de tus pensamientos y su origen a través de la meditación

Aquí tomaremos consciencia de nuestros pensamientos y paradigmas erróneos y como cambiarlos a traves de la meditación.

MEDITACION 3
"Al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica, déjale
también el manto; y a quien te fuerce a caminar una milla,
acompáñalo dos"
(Mt 5,40-41)
Si observas de qué modo estás hecho y cómo funcionas, descubrirás
que hay en tu mente todo un "programa" toda una serie de
presupuestos acerca de cómo debe ser el mundo, cómo debes ser tú
mismo y qué es lo que debes desear.
¿Quién es el responsable de ese "programa"? Tú no, desde luego. No
eres realmente tú quien ha decidido cosas tan fundamentales como son
tus deseos y exigencias, tus necesidades, tus valores, tus gustos, tus
actitudes... Han sido tus padres, tu sociedad, tu cultura, tu religión y
tus experiencias pasadas las que han introducido en tu "ordenador" las
normas de funcionamiento. Ahora bien, sea cual sea tu edad y vayas a
donde vayas, tu "ordenador" va contigo y actúa y funciona en cada
momento consciente del día, insistiendo imperiosamente en que sus
exigencias deben ser satisfechas por la vida, por la gente, por ti mismo.
De hacerlo así, el "ordenador" te permitirá vivir pacífica y felizmente;
de lo contrario, y aunque tú no tengas la culpa, generará unas
emociones negativas que te harán sufrir.
Cuando, por ejemplo, otras personas no viven con arreglo a las
expectativas de tu "ordenador", éste te atormenta a base de
frustración, de ira, de amargura... O cuando, por ejemplo, las cosas
escapan a tu control, o el futuro es incierto, tu "ordenador" insiste en
que experimentes ansiedad, tensión, preocupación... Entonces empleas
un montón de energías en hacer frente a esas emociones negativas. Y
generalmente te las apañas para gastar más aún energías en intentar
cambiar el mundo que te rodea, al objeto de satisfacer las exigencias
de tu "ordenador". con lo cual obtienes cierta dosis de una paz
bastante precaria, porque en cualquier momento la menor nimiedad
(un tren que se retrasa, una grabadora que no funciona, una carta que
no llega...) no es conforme con el programa de tu "ordenador", y éste
se empeñará en que vuelvas a preocuparte de nuevo.
Por eso llevas una existencia patética, siempre a merced de las cosas y
las personas, tratando desesperadamente de que se ajusten a las
exigencias de tu "ordenador", a fin de poder tú disfrutar de la única paz
que conoces: una tregua temporal de tus emociones negativas,
cortesía de tu "ordenador" y de tu "programa".
¿Tiene esto solución? Por supuesto que sí. Naturalmente, no podrás
cambiar tu "programa" de buenas a primeras o quizá nunca. Pero ni
siquiera lo necesitas. Intenta lo siguiente: imagina que te encuentras
en una situación o con una persona que te resulta desagradable y que
ordinariamente tratas de evitar. Observa ahora cómo tu "ordenador"
entra instintivamente en funcionamiento e insiste en que evites dicha
situación o trates de modificarla. Si consigues resistir y te niegas a
modificar la situación, observa cómo el "ordenador" se empeña en que
experimentes irritación, ansiedad, culpabilidad o cualquier emoción
negativa. Sigue considerando esa situación (o persona) desagradable
hasta que caigas en la cuenta de que no es ella la que origina las
emociones negativas (ella se limita a "estar ahí" y a desempeñar su
función bien o mal, acertada o equivocadamente, es lo de menos). Es
tu "ordenador" el que gracias al "programa", se empeña en que tu
reacciones a base de emociones negativas. Lo verás mejor si logras
comprender que hay personas que, con un programa diferente, y
frente a la misma situación, persona o acontecimiento, reaccionan con
absoluta calma y hasta con gusto y contento. No cejes hasta haber
captado esta realidad: la única razón por la que tú no reaccionas de
este modo es porque tu "ordenador" insiste obstinadamente en que es
la realidad la que debe ser modificada para ajustarse a su "programa".
Observa todo esto desde fuera, pos así decirlo, y comprueba el
prodigioso cambio que se produce en ti.
Una vez que hayas comprendido esta verdad y, consiguientemente,
haya dejado tu "ordenador" de generar emociones negativas, puedes
emprender cualquier acción que creas conveniente. Puedes evitar la
situación o a la persona en cuestión; puedes tratar de cambiarla;
puedes insistir en que se respeten tus derechos o los derechos de los
demás; puedes incluso recurrir al uso de la fuerza... Pero sólo después
de haber conseguido liberarte de los trastornos emocionales, porque
sólo entonces tu acción nacerá de la paz y del amor, no del deseo
neurótico de satisfacer a tu "ordenador", de ajustarse a su "programa"
o de liberarte de las emociones negativas que genera. Y sólo entonces
comprenderás cuán profunda es la sabiduría de estas palabras: "Al que
quiera pleitear contigo para quitarte la túnica, déjale también el manto;
y a quien te fuerce a caminar una milla, acompáñalo dos". Porque te
resultará evidente que la verdadera opresión proviene, no de las
personas que pleitean contigo ni de quien te somete a un trabajo
excesivo, sino de tu "ordenador", cuyo "programa" acaba con la paz de
tu mente en el momento en que las circunstancias externas dejan de
ajustarse a sus exigencias. Se sabe de personas que han sido felices...
¡incluso en el opresivo clima de un campo de concentración!
De lo que necesitas ser liberado es de la opresión de tu "programa".
Sólo así podrás experimentar la libertad interior que está en el origen
de toda revolución social, porque esa intensísima emoción, esa pasión
que brota en tu corazón a la vista de los males sociales y te impulsa a
la acción, tendrá su origen en la realidad, no en tu "programa" ni en tu
ego

Medita con esta música de fondo.



http://www.youtube.com/watch?v=O7-oIuoLFE8

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