sábado, 27 de febrero de 2010

Cómo nos limitan las ideas?- Meditemos en ello en silencio.

Es un poco complicada la comprensión de que toda idea nos limita...al no dejarnos ver la realidad en su prístina pureza...leamos esta meditación con la mejor dispsición a comprender de que seamos capaces, y pidamos humildemente a nuestro Ser Interior que nos ilumine para que podamos captar la escencia de esto...

MEDITACION 21
"Los fariseos decían a los discípulos: '¿por qué come vuestro
maestro con los publicanos y pecadores?"
(Mt. 9,11)
Si deseas entrar en contacto con la realidad de una cosa, lo primero
que tienes que comprender es que toda idea deforma la realidad y
constituye un obstáculo para ver dicha realidad . La idea no es la
realidad: la idea "vino" no es el vino; la idea "mujer" no es esa
determinada mujer. Si de veras quieres entrar en contacto con la
realidad de esa mujer, debes dejar de lado tu idea de la mujer y tener
la experiencia de ella en su singularidad concreta y en su unicidad. Por
desgracia, la mayoría de las personas no se toman, la mayoría de las
veces , la molestia de ver este tipo de cosas en su singularidad; se
limitan a ver las palabras o las ideas, pero sin mirar nunca con ojos de
niño esa realidad concreta, única, viva y con plumas que se mueve ahí
mismo, delante de ellos; lo único que ven es un gorrión. Nunca ven el
maravilloso prodigio de ese ser humano único que tienen ante sí; tan
sólo ven a una mujer campesina hindú, por ejemplo. La idea, por
consiguiente, es un obstáculo para percibir la realidad.
Por otro lado hay otro obstáculo a la percepción de la realidad: el
juicio. Tal cosa o persona es buena o mala, fea o hermosa. Ya es
suficiente obstáculo, a la hora de fijarse en esa persona concreta, el
tener la idea de "hindú", de "mujer" o de "campesina". Pero, encima,
ahora añado un juicio y digo: "es buena" o "es mala"; "es guapa y
atractiva" o "es fea y poco atractiva". Lo cual me impide verla, porque
no es ni buena ni mala. Es "ella", en toda su singularidad. El cocodrilo y
el tigre no son buenos ni malos; son cocodrilo y tigre. "Bueno" y "malo"
dicen a algo exterior a ellos. En la medida en que convienen a mi
propósito, o son gratos a mis ojos, o me son útiles, o constituyen para
mí una amenaza, en esa medida les llamo "buenos " o "malos".
Piensa ahora en ti mismo cuando alguien dice de ti que eres "bueno" o
"atractivo" o "guapo". Una de dos: o bien te muestras duro y
displicente, porque en realidad te consideras malo, y te dices a ti
mismo que, si el otro te conociera tal como eres, no diría que eres
bueno; o bien aceptas las palabras de esa otra persona y te crees de
veras que eres bueno, y hasta te hace ilusión el cumplido. En ambos
casos te equivocas, porque no eres ni bueno ni malo. Tú eres tú. Si te
dejas influir por los juicios de quienes te rodean, estarás siempre
acumulando tensión, inseguridad y preocupación, porque, del mismo
modo que hoy te llaman "bueno", y ello te alegra, mañana pueden
llamarte "malo", y te deprimirás. Por eso, la reacción apropiada y
correcta, cuando alguien dice que eres "bueno", consiste en decir:
"Esta persona, dada su actual percepción y talante, me ve bueno, lo
cual no dice nada acerca de mí. Otro en su lugar, y con su propia
manera de ser y de percibir las cosas, me vería malo, lo cual tampoco
diría nada acerca de mí".
¡Con qué facilidad nos dejamos engañar por el juicio de los demás y
nos formamos una imagen de nosotros mismos basada en ese juicio...!
Para liberarte de verdad necesitas escuchar las cosas buenas y malas
que ellos quieran contarte, pero no has de reaccionar con mayor
emoción que la que manifiesta un ordenador cuando le introducen
datos. Y es que lo que ellos digan acerca de ti revela mucho más sobre
ellos mismos que sobre tu persona.
En realidad, también tienes que ser consciente de los juicios que tú
hagas acerca de ti mismo, porque incluso éstos se basan, por lo
general, en los sistemas de valores de las personas que te rodean.
Si juzgas, condenas o apruebas, ¿acaso ves la realidad?
Si contemplas algo a través del prisma del juicio, de la aprobación o de
la condena, ¿no es ese el principal obstáculo para comprender y
observar las cosas tal como son?
Cuenta hasta diez cuando una persona te diga que eres alguien muy
especial para ella; si aceptas el cumplido, empezarás a acumular
tensión.
¿Para qué quieres ser especial para alguien y someterte a semejante
clase de juicio aprobatorio? ¿Por qué no contentarte simplemente con
ser tú mismo?.
Cuando una persona te haga saber lo especial que eres para ella, todo
lo que puedes decir es: "Esta persona, dados sus gustos y necesidades,
sus instintos, sus apetencias y sus proyecciones, siente una especial
atracción hacia mí, lo cual no dice nada de mí como persona".
En el momento que aceptes el cumplido y te complazcas en él, habrás
dado a esa persona el control sobre ti.
Temerás constantemente que conozca a otra persona que le resulte
muy especial y te haga perder la posición de privilegio que ocupas en
su vida.
Consiguientemente, te pasarás la vida bailando al son que ella quiera
tocar y respondiendo a sus expectativas, con lo cual habrás perdido tu
libertad. En suma, habrás conseguido depender de ella para ser feliz,
porque has hecho que tu felicidad dependa del juicio de ella acerca de
ti.
Por si fuera poco, aún puedes empeorar las cosas poniéndote a buscar
a otras personas que te digan lo especial que eres para ellas e
invirtiendo un montón de tiempo y energías de asegurarte que nunca
van a cambiar esa imagen que tienen de ti. ¡Qué forma de vivir más
agotadora...! De pronto el miedo hace acto de presencia en tu vida;
miedo a que se destruya tu imagen. Pero, si lo que buscas es la
audacia y la libertad, tienes que deshacerte de ese miedo. ¿Cómo?
Negándote a tomar en serio a cualquiera que te diga lo especial que
eres para él. Las palabras: "Tú eres algo muy especial para mí" tan sólo
dicen algo de mi actual disposición con respecto a ti, de mis gustos, de
mi actual estado de ánimo y de la fase evolutiva en que me encuentro.
no dicen otra cosa. Acéptalas, pues, como un simple dato y no te
alegres por ellas. Lo que puede alegrarte es mi compañía, no mi
cumplido; mi actual interacción contigo, no mi elogio. Y, si eres
juicioso, me animarás a descubrir a otras personas igualmente
especiales, para o verte nunca tentado a aferrarte a esa imagen que yo
tengo de ti. No es dicha imagen la que ha de procurarte gozo y
contento, porque eres consciente de que la imagen que yo tengo de ti
puede cambiar muy fácilmente. Lo que has de disfrutar, pues, es el
momento presente, porque, si te complaces en la imagen que yo tengo
de ti, entonces te tendré controlado, y te dará miedo ser tu mismo, por
temor a hacerme daño; te dará miedo decirme la verdad y hacer
cualquier cosa que pueda deteriorar la imagen que yo tengo de ti.
Aplícalo ahora a cualquier imagen que la gente tenga de ti y que te
haga ver que eres un genio, un sabio, un santo o algo parecido;
siéntete halagado, y en ese momento habrás perdido tu libertad,
porque en adelante no dejarás de esforzarte por conseguir que no
cambien de opinión. temerás cometer errores, ser tú mismo, hacer o
decir cualquier cosa que pueda dañar dicha imagen. Habrás perdido la
libertad de ponerte en ridículo, de ser objeto de bromas y chanzas, de
hacer y decir lo que te parezca, en lugar de lo que parece encajar con
la imagen que los demás tienen de ti. ¿Cómo se acaba con esto? A
base de muchas horas de paciente estudio, concienciación y
observación de lo que tan estúpida imagen te proporciona: una
emoción mezclada de inseguridad, falta de libertad y sufrimiento. Si
logras ver esto con claridad, te desaparecerán las ganas de ser especial
para nadie o de que alguien te tenga en una elevada consideración, no
temerás andar con pecadores y personales de dudosa reputación y
harás y dirás lo que t plazca, sin importarte lo que la gente piense de ti.
Conseguirás ser tan falto de auto-consciencia como los pájaros y las
flores, demasiado ocupados en la tarea de vivir como para preocuparse
lo más mínimo de lo que los demás puedan pensar de ellos y de si son
o dejan de ser algo especial para otros. Y al fin, lograrás ser libre y
audaz.
Meditemos acompañados del canto de los delfines.





http://www.youtube.com/watch?v=-CKDYc9J0Mg

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