jueves, 4 de marzo de 2010

Encuentra en ti la fuente de todo lo bueno.

Quizá nos cueste comprender los acontecimientos que consideramos adversos en el momento en que los vivimos...pero con la perspectiva del tiempo, nos damos cuenta de que tenia un propósito y que lo logrado de esa vivencia es algo bueno...Meditemos en nosotros, en nuestro interior donde se encuentra toda respuesta...para que encontremos la fuente de todo lo que necesitamos...y demos gracias por esto.

MEDITACION 26
"¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en
su gloria?"
(Lc. 24,26)
Piensa en algunos de los acontecimientos dolorosos de tu vida.
¿Cuántos de ellos son hoy para ti motivo de agradecimiento por
haberte servido para cambiar y crecer?. Hay aquí implícita una verdad
elemental de la vida que la mayoría de las personas no llega nunca a
descubrir. Los acontecimientos afortunados hacen la vida más
placentera, pero no son causa de autoconocimiento, de crecimiento, de
libertad. Éste es un privilegio reservado a aquellas cosas, personas y
situaciones que nos ocasionan algún dolor.
Todo acontecimiento doloroso encierra una semilla de crecimiento y de
liberación. A la luz de esta verdad, vuelve ahora sobre tu vida y fíjate
en tal o cual acontecimiento por el que no te sientas especialmente
agradecido, y trata de descubrir el potencial de crecimiento que
encierra y del que no has tomado conciencia hasta ahora, por lo que no
has podido beneficiarte de él. Piensa también en algún acontecimiento
reciente que te haya ocasionado dolor y sentimientos negativos.
Cualquiera que haya sido la cosa, persona o situación que te ha
producido tales sentimientos, ha sido "maestra" para ti, porque te ha
revelado algo (o mucho) acerca de ti que probablemente no sabías y te
ha invitado y desafiado a descubrirte y conocerte mejor y,
consiguientemente, a crecer y acceder a la vida y a la libertad.
Intenta ahora identificar el sentimiento negativo que ese
acontecimiento ha despertado en ti. Puede haber sido un sentimiento
de inquietud, de inseguridad, de envidia, de ira, de culpa... ¿Qué te
dice esa emoción acerca de ti mismo, de tus valores, de tu manera de
percibir el mundo y la vida y, sobre todo, de tu "programación" y tus
condicionamientos? Si consigues descubrirlo, te librarás de alguna
ilusión o espejismo al que hasta ahora te habías aferrado, o dejarás de
percibir alguna cosa de manera deformada, o corregirás alguna falsa
creencia, o aprenderás a distanciarte de tu sufrimiento... con tal de que
comprendas que todo ello ha sido causado por tu "programación", no
por la propia realidad; e inesperadamente comprobarás que te sientes
plenamente agradecido por esos sentimientos negativos y por la
persona o el acontecimiento que los ha originado.
Intenta ahora dar un paso atrás. considera todo cuanto piensas,
sientes, dices y haces... y no te agrada: tus emociones negativas, tus
defectos, tus "handicaps", tus errores, tus apegos, tus neurosis, tus
dependencias... y tus pecados, naturalmente. Puedes considerarlo todo
ello como parte necesaria de tu desarrollo; como algo que te ofrece
una promesa de crecimiento y de gracia para ti y para otros y que no
se daría sin esa cosa concreta que tanto te desagrada. Y si tú mismo
has ocasionado dolor y sentimientos negativos a otros, piensa que en
ese momento has ejercido con ellos la función de "maestro"y les has
dado ocasión de autoconocerse y de crecer. Puedes seguir
considerándolo hasta que lo veas todo ello como una "feliz culpa",
como un pecado necesario que es ocasión de un inmenso bien para ti y
para el mundo.
Si eres capaz de hacerlo, tu corazón se verá inundado de paz, de
agradecimiento, de amor y de aceptación de todas y cada una de las
realidades. Y habrás descubierto qué es lo que la gente busca en todas
partes sin jamás encontrarlo: la fuente de la serenidad y de la alegría
que se esconde en cada corazón humano.



http://www.youtube.com/watch?v=Vt6LeMBLGts

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